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Prácticamente,
es recomendado hacerla en tres partes, no
para perpetuar las innovaciones de PAPUS, sino para
asegurar que los recipiendarios sean verdaderos hombres
de deseo y no simples curiosos. El tiempo que separará
las iniciaciones es variable, dependerá del grado de
evolución del nuevo martinista, de su trabajo, etc.
No hay ningún interés en negar estas iniciaciones.
Sólo el S. I.( Superior-Sacerdote incógnito) puede ser
llamado realmente Martinista, pero la enseñanza
martinista puede, desde el primer grado ser dispensada
en toda su integridad.
Al S. I. que haya dado pruebas de una verdadera
comprensión del espíritu del Martinismo, y que sea
juzgado capaz de transmitir a su alrededor la
Iniciación, podrá serle conferido el grado
administrativo de S. I. Iniciador (o S. I. IV, o
Iniciador Libre).
Los martinistas deben siempre reunirse alrededor (o
delante) de un altar cubierto de tres manteles:
blanco debajo, rojo en medio, y negro encima, como
soportes del Tentáculo,
así como de las tres Luminarias.
Los asistentes pueden revestirse con una túnica blanca
con un cíngulo, la máscara es usada sólo en las
Iniciaciones.
Se recomienda estudiar las obras del Filósofo
Desconocido, los esoterismos, las doctrinas
tradicionales, el lado esotérico y místico de los
diversos sistemas religiosos, con la exclusión de todo
ocultismo práctico.
No debemos olvidar jamás que el Martinismo es un
Cristianismo trascendente, y que aquellos que no
reclaman ser de la Tradición Cristiana, no pueden
decirse Martinistas.
Signos de reconocimiento general adoptados por los
martinistas:
Pregunta:
Respuesta:
Cuando muchos Martinistas libres se encuentran para
trabajar en común, se reúnen en el domicilio de uno de
ellos.
No tratan de construir un grupo permanente, al
contrario, su grupo deja de existir una vez que la
reunión ha terminado.
Durante la reunión, uno de ellos, el Iniciador Libre, si
hay uno, si no el Martinista más antiguo, ejerce las
funciones de Presidente, otro, en el lado opuesto, de la
sala, hará las funciones de Substituto.
Debe haber sobre la mesa:
las tres Luminarias, los tres manteles, el Tentáculo
tradicional del Martinismo.
Se recomienda quemar incienso, al menos al comienzo de
la sesión.
Al comienzo y al final de la sesión los asistentes
formarán la cadena de unión, sin cruzar sus brazos,
poniendo la mano derecha sobre la izquierda de su
Hermano o Hermana a la diestra.
Durante la cadena de unión los Hermanos evocan con el
pensamiento al Filósofo Desconocido y a los Maestros
Pasados del Martinismo.
Para marcar el comienzo y el final de las sesiones, con
el fin de aislar la asamblea del mundo profano, un corto
diálogo se realiza entre el Presidente y el Substituto,
los términos no han sido fijados "ne varietur"…
Es preferible realizar las iniciaciones individuales "de
hombre a hombre".
No hay ritual de iniciación.
Es suficiente exponer al recipiendario el simbolismo de
las Luminarias, de la máscara, del manto, así como los
principios y fines del Martinismo.
El juramento y la consagración son obligatorios; el
juramento no debe conllevar ninguna obligación de
obediencia.
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