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Las
oraciones
por
los
Espíritus
que
acaban
de
dejar
la
Tierra,
no
tienen
sólo
por
objeto
darles
un
testimonio
de
simpatía,
sino
que
tienen
también
por
objeto
ayudar
a su
desprendimiento,
y
por
lo
tanto,
abreviar
la
turbación
que
sigue
siempre
a la
separación
y
darles
más
calma
al
despertar.
Pero
también
en
esta,
como
en
cualquier
otra
circunstancia,
la
eficacia
está
en
la
sinceridad
del
pensamiento
y no
en
la
abundancia
de
palabras
dichas
con
más
o
menos
pompa
y en
las
cuales
muchas
veces
el
corazón
no
toma
ninguna
parte.
Las
oraciones
que
parten
del
corazón,
resuenan
alrededor
del
Espíritu,
cuyas
ideas
están
aún
confusas,
como
las
voces
amigas
que
nos
sacan
del
sueño.
(Cap.
XXVII,
número
10).
ORACIÓN:
Dios
Todopoderoso,
que
vuestra
misericordia
se
extienda
sobre
el
alma
de
N…
que
acabáis
de
llamar
a
vos.
¡Qué
la
pruebas
que
ha
sufrido
en
esta
vida
le
sean
tomadas
en
cuenta
y
nuestras
oraciones
puedan
aliviar
y
abreviar
las
penas
que
tenga
aún
que
sufrir
como
Espíritu!
Buenos
Espíritus
que
habéis
venido
a
recibirle
y
sobre
todo
vos,
su
ángel
de
la
guarda,
asistidle
para
ayudarle
a
despojarse
de
la
materia;
dadle
la
luz
y la
conciencia
de
sí
mismo
con
el
fin
de
sacarle
de
la
turbación
que
acompaña
al
tránsito
de
la
vida
corporal
a la
vida
espiritual.
Inspiradle
el
arrepentimiento
de
las
faltas
que
haya
cometido
y el
deseo
de
que
le
sea
permitido
el
repararlas
para
activar
su
adelantamiento
hacia
la
vida
de
eterna
felicidad.
N………………………..,
acabas
de
entrar
en
el
mundo
de
los
Espíritus,
y
sin
embargo,
estás
aquí
presente
entre
nosotros;
nos
ves
y
nos
escuchas,
porque
no
hay
más
diferencia
entre
tú y
nosotros
que
el
cuerpo
perecedero
que
acabas
de
dejar
y
que
muy
pronto
será
reducido
a
polvo.
Dejaste
el
grosero
envoltorio
sujeto
a
las
vicisitudes
y a
la
muerte
y
sólo
conservas
la
envoltura
etérea,
imperecedera
e
inaccesible
a
los
sufrimientos.
Si
no
vives
ya
por
el
cuerpo,
vives
la
vida
de
los
Espíritus
y
esta
vida
está
exenta
de
las
miserias
que
afligen
a la
Humanidad.
Ya
no
tienes
el
velo
que
oculta
a
nuestros
ojos
los
resplandores
de
la
vida
futura;
de
hoy
en
adelante
podéis
contemplar
nuevas
maravillas,
mientras
que
nosotros
estamos
aún
sumergidos
en
las
tinieblas.
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Vas
a
recorrer
el
espacio
y
visitar
los
mundos
con
toda
libertad,
mientras
que
nosotros
nos
arrastramos
penosamente
sobre
la
Tierra,
en
la
que
nos
retiene
nuestro
cuerpo
material,
semejante
para
nosotros
a
una
carga
muy
pesada.
El
horizonte
del
infinito
va a
desarrollarse
ante
ti y
en
presencia
de
tanta
grandeza
comprenderás
la
vanidad
de
nuestros
deseos
terrestres,
de
nuestras
ambiciones
mundanas
y de
nuestros
goces
fútiles
de
que
los
hombres
hacen
sus
delicias.
La
muerte
sólo
es,
entre
los
hombres,
una
separación
material
de
algunos
instantes.
Desde
el
lugar
del
exilio
en
donde
nos
retiene
aún
la
voluntad
de
Dios,
así
como
los
deberes
que
tenemos
que
cumplir
en
este
mundo,
nosotros
te
seguiremos
con
el
pensamiento
hasta
el
momento
en
que
se
nos
permita
reunirnos
contigo,
así
como
tú
te
has
reunido
con
los
que
te
precedieron.
Si
nosotros
no
podemos
ir a
tu
lado,
tú
puedes
venir
al
nuestro.
Ven,
pues,
entre
los
que
te
aman
y
que
has
amado;
sostenles
en
las
pruebas
de
la
vida,
vela
por
los
que
te
son
queridos,
protégeles
según
tu
poder
y
calma
sus
pesares
con
el
pensamiento
de
que
eres
más
feliz
ahora
y
con
la
consoladora
certeza
de
estar
reunidos
un
día
en
un
mundo
mejor.
En
el
mundo
en
que
estás
deben
extinguirse
todos
los
resentimientos
terrestres.
¡Qué
de
hoy
en
adelante,
seas
inaccesible
a
ellos
para
tu
felicidad
futura!
Perdona,
pues,
a
los
que
han
procedido
mal
contigo,
como
te
perdonan
aquellos
con
los
que
has
procedido
mal.
Esta
oración
se
encuentra
en
el
“Evangelio
Según
el
Espiritismo”.
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LUZ
INTERIOR
AMONRA
UNA
LUZ
EN
VUESTRO
CAMINO.
FELILUXOR
FE Y
FELICIDAD
EN
LA
LUZ
DE
ORO
A
MIS
PADRES
Y
HERMANOS
QUE
ESTÁN
EN
LOS
CIELOS
Y EN
LA
TIERRA.
POR
UNA
ALIANZA
FORTALECIDA
EN
LA
CONSERVACIÓN
A LO
QUE
NUESTRO
PADRE
DE
LOS
MUNDOS
NOS
HA
DADO
COMO
HERENCIA
KARMICA
TRABAJANDO
EN
COMUNIDAD
POR
LA
CONTINUIDAD
DE
LA
VIDA.
RECUERDA
SIEMPRE
LA
DIFERENCIA
ESTA
EN
TI…
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