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La luz descienda sobre la Humanidad y,
en el deseo inmenso de Luz;
os bendigo en el nombre de la Luz.
Los organismos de los humanos tienen la composición de millones, y más, de células. Cada célula debe tener la claridad y, cada vez que la energía desciende, debe ser para iluminar el conjunto del organismo. En estos casos será cuando al ser humano le corresponderá recibir la forma exacta para encontrar la salud y para lavar, purificar y clarificar el organismo en conjunto, como un todo. Debéis empezar por limpiar vuestros pensamiento, y así clarificaréis el conjunto. Será como encender la luz para que penetre al interior la Maravillosa Presencia ordenando y limpiando el conjunto.
Debéis tomar en la mañana puro jugo de frutas y, cada vez que lo hagáis, reposad pausadamente para asimilarlo, mandad un pensamiento de Amor a dicho alimento y saboreadlo en completa calma para recibir la energía, que ira penetrando a través del mismo.
Cada alimento lleva en sí la fuerza de la Luna y la energía del Sol, entonces, viene el equilibrio y debe ser asimilado por el hombre en completa tranquilidad. De lo contrario, sería mezclar la mentira con la Verdad. La mezcla debe ser en Verdad y con Amor.- En la Verdad encontraréis la fuerza del alimento y en Amor haréis la entrada del alimento al conjunto de vuestro organismo.- |
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Al iniciar vuestros
alimentos debéis, en primer lugar, vaciar la mente
de cualquier problema que esté produciendo
desarmonía al organismo. En segundo lugar, encender
la Luz de la Verdad y el Amor, sintiendo en vosotros
que recibís creaciones del Padre, fuerza del
Macrocosmos, para alimentar con Amor vuestra Materia
Cósmica que, por ser tan pequeña y débil, debe
sintonizarse izarse con el motor cerebral para
recibir, con Amor, el "pan Nuestro de cada Día" y,
en nombre de ese Pan Nuestro, diremos:
Padre de bondad que entregas el alimento para tus
creaciones, danos la energía en el pan que hoy nos
entregas.
Benditos sean en tu nombre santísimo y bendito quede
mi organismo al recibir el fruto con el que crecerá
y será visto este árbol.
Bendice, con el Agua Viva que contiene cada uno de
ellos, mis células y mis huesos y sea yo un hombre
fuerte y agradecido de tu bondad infinita.
Alzad la mano sobre la frente, y decid:
Mente que acompañas mi paso por la tierra, en este
momento te libero de cualquier imperfección que te
atormente y, limpia y desprendida de cualquier
ocupación, recibe la energía para el carruaje que
gobiernas y distribuye en cada órgano del mismo el
alimento que sea necesario para su evolución. AMEN.
Se bendicen los alimentos y se sintoniza la mente en
ellos y para
ellos, sabiendo que es el mismo Dios quien entrega
la Energía para sus hijos. Jamás llevar, sobre los
alimentos, ninguna queja, ningún signo de agravio,
ningún movimiento de traer o llevar porque cortáis
la acción que se produce, "siendo el distribuidor
quien pierde la semilla", y quedaréis en blanco al
no haber asistido a la distribución de energías.
Amen |
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