

Introducción
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Aprenderás que no importa a donde llegaste
sino a donde te diriges y si no lo sabes
cualquier lugar sirve. Aprenderás que si no
controlas tus actos ellos te controlarán y que
ser flexible no significa ser débil o no tener
personalidad, porque no importa cuán delicado o
frágil sea una situación: Siempre existen dos
lados.
Aprenderás que héroes son las personas que
hicieron lo que era necesario enfrentando las
consecuencias…
Aprenderás que la paciencia requiere práctica.
Descubrirás que algunas veces la persona que
esperas que te patee cuando te caes, tal vez,
sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has
aprendido, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti
que lo que supones. Aprenderás que nunca se debe
decir a un niño que sus sueños son tonterías,
porque pocas cosas son tan humillantes, y sería
una tragedia que se lo creyese, porque le
estarás quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientas rabia, tienes
derecho a tenerla, pero eso no te da derecho a
ser cruel. Descubrirás que solo porque alguien
no te ama de la forma que quieres, no significa
que no te ame con todo lo que puede, porque hay
personas que nos aman, pero que no saben cómo
demostrarlo…
No siempre es suficiente ser perdonado por
alguien, algunas veces tendrás que aprender a
perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la
misma severidad con la que juzgas, también serás
juzgado y en algún momento ordenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu
corazón se partió, el mundo no se detiene para
que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que puedes
volver atrás, por lo tanto debes cultivar tu
propio jardín y decorar tu alma, en vez de
esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y solo entonces, sabrás realmente lo
que puedes soportar, que eres fuerte y que
podrás ir, mucho más lejos, que cuando creías
que no se podía más.
Es que realmente la vida vale más cuando tienes
el valor de enfrentarla. (W.Shakespeare). |
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Nos reunimos el día de semana santa con el fin
de recordar uno de los sucesos más importantes
en la vida de Jesús el Cristo: La entrada
triunfal en Jerusalén, llamada también el
Domingo de Ramos.
Antes de introducir el tema, hablaremos
primeramente del hombre y la religión para poder
vislumbrar el futuro desarrollo del hombre a
través de las iniciaciones en los misterios
cristianos.
Es un hecho notable que el hombre y sus
religiones han evolucionado paralelamente en
igual grado. La religión más primitiva de
cualquier raza, se verá que es tan salvaje como
el pueblo gobernado por ella, y conforme el
pueblo se hace más y más civilizado, su religión
se hace más y más humana y se armoniza con más
elevados ideales.
Los materialistas deducen que la religión nunca
ha tenido un origen superior al del hombre mismo.
Investigaron la historia primitiva y llegaron a
la convicción de que, conforme el hombre
progresaba, civilizaba también a su Dios,
moldeándolo a su propia imagen.
Este razonamiento es defectuoso, por cuanto que
no tiene en cuenta que el hombre “No” es el
cuerpo, sino un espíritu interno, un ego que
utiliza el cuerpo con creciente facilidad
conforme progresa la evolución.
No hay duda alguna de que la ley para el
cuerpo es la supervivencia de los más
aptos. La ley de la evolución del
espíritu pide “El sacrificio de si
mismo”.
Mientras el hombre crea que la fuerza es un
derecho, la forma prosperará y se hará fuerte,
porque derrumbará todos los obstáculos sin tener
en cuenta para nada a los demás. Si el cuerpo
fuera todo, esa manera de vivir sería la única
posible para el hombre. Sería además incapaz de
la menor consideración para los demás, y se
resistiría por la fuerza contra cualquier
tentativa de usurpación de lo que él considerará
sus derechos: El derecho del más fuerte, que es
el único tipo de justicia bajo la ley de la
supervivencia de los más aptos. No tendría para nada en cuenta a los demás;
sería absolutamente insensible a cualquier
fuerza externa, que tendiera a impulsarlo a
ejecutar algún acto que no le condujera a la
satisfacción de su momentáneo placer. |
Es entonces, cierto que, cuando el hombre se
inclina hacia un modo de conducta más elevado en
su trato con los demás, el impulso debe venir de
dentro, y de una fuente que no es idéntica a la
del cuerpo, pues de lo contrario no lucharía
contra este, haciendo prevalecer ese impulso
sobre los intereses más obvios del cuerpo.
Además, tiene que ser una fuerza más fuerte que
la del cuerpo, o no podría triunfar y
sobreponerse a los deseos impulsando al
sacrificio en beneficio de aquellos que
físicamente son más débiles.
La naturaleza es muy segura en la realización de
sus propósitos, si bien lenta, su progreso es
ordenado y cierto. En el pecho de todos los
hombres esa fuerza altruista está trabajando
como una palanca. Está transformando al salvaje
en un civilizado, y a su debido tiempo
transformará a éste en Dios.
La cena de Betania
Seis días antes de la pascua, Jesús fue a
Betania, donde estaba Lázaro, a quién Jesús
había resucitado de entre los muertos. Allí lo
invitaron a una cena. Mientras Marta servía y
Lázaro estaba entre los invitados, María (hermana
de Lázaro) trajo como medio litro de un aceite
perfumado de nardo muy fino y muy caro. Ungió
con él los pies del Señor y sus cabellos. Y toda
la casa se llenó con el olor del perfume.
Judas Iscariote, dijo: “este perfume podría
haberse vendido en trescientas monedas de plata,
para ayudar a los pobres”. En realidad no se
interesaba por los pobres, sino que era ladrón
y, como estaba encargado de la bolsa común, se
llevaba lo que echaban en ella.
Pero Jesús le dijo. “Déjala, pues lo tenía
reservado para preparar mi entierro. A los
pobres los tienen siempre entre ustedes. Pero a
mí no me tienen siempre.”
Muchos judíos supieron que Jesús estaba en
Betania. Fueron allá, no solamente para verlo a
él, sino también para ver a Lázaro, al que había
resucitado de entre los muertos. Entonces los
jefes de los sacerdotes pensaron en matar
también a Lázaro, pues por causa de él, muchos
los abandonaban y creían en Jesús.
Juan 12, 1-11.-
Todas las noches de la Semana Santa, el Maestro
las pasó en el hogar de su seguidor más avanzado
espiritualmente, Lázaro, y de sus hermanas,
Marta y María. Para recibir la nueva forma de
iniciación cristiana se eligió al más avanzado
entre los seguidores de Cristo. Fue el discípulo
amado del maestro, cuyo nombre de iniciación fue
“Lázaro”. Lázaro significa “aquel a quien Dios
asiste”. Fue su elevado estado de desarrollo lo
que le capacitó para responder a la llamada:
“Lázaro, sal fuera” y, luego, a la gran
recomendación de su Maestro “desembarazadlo y
dejadlo libre”.
Es interesante llamar la atención sobre el hecho
de que, de los tres discípulos, dos eran mujeres.
Y esto es más notable aún, si se tiene en cuenta
el status inferior a que las mujeres eran
relegadas, especialmente en los países de
Oriente. Pero como vino a elevar a toda la
Humanidad, quiso dejar bien sentado que las dos
polaridades han de llegar a equilibrarse. Él
mismo extendió su consideración a las mujeres y
al elevado lugar que, justamente, debían ocupar,
reconociendo que anticipaba la posición que
asumiría en el mundo cuando la Nueva Edad
Acuariana, de igualdad y camaradería entre ambos
sexos, sea un hecho.
Las dos discípulas femeninas representan los dos
senderos: Marta, la mentalidad y el sendero del
trabajo. Marta siempre ocupada “en muchas cosas”.
Aunque Marta, la neófita, estaba preparada para
su promoción espiritual por su servicio, el
texto deja entender claramente que aún no lo
estaba para participar en la comida iniciática.
Lázaro, el recién nacido, se sentó a la mesa con
el Maestro, y participó con El, libremente, del
pan de los cielos y las aguas de la vida eterna.
María estaba en el mismo umbral del templo de la
luz, como indica su ceremonia de dedicación,
consistente en ungir los pies del Maestro
durante la cena. Los procesos iniciativos están
frecuentemente velados con cenas o banquetes,
puesto que alcanzar tal exaltación de conciencia
es, verdaderamente, un banquete para el alma,
más allá de toda comparación.
María tipifica el sendero del corazón, el camino
de la devoción. Renunciaba a todo para sentarse
a los pies del maestro. De las dos, el maestro
observó que ésta había hecho la mejor elección.
Los centros sensibilizados del cuerpo de deseos,
imprimen su huella sobre los correspondientes
del cuerpo vital, de acuerdo con los
determinados procesos que tienen lugar a lo
largo del desarrollo espiritual. Un cuerpo
preparado de tal modo, adquiere una luminosidad
que es el más preciado regalo para Cristo,
puesto que significa una vida de dedicación y,
por tanto, calificada para servir en el plano
externo y en el interno como auxiliar visible e
invisible. Ahí se puede encontrar el verdadero
significado de la rotura del tarro de alabastro
por María, a los pies del Maestro, ungiéndolos
con fragante aceite. En la simbología cristiana
primitiva, un tarro representaba el alma. La
afirmación de que el perfume de su tarro llenó
toda la casa significa que su fragante cuerpo
del alma vestía la luminosa blancura del tarro
de alabastro que María dedicó al servicio del
Señor.
La entrada a
Jerusalen
Al día siguiente, la multitud que había llegado
a Jerusalén supo que Jesús también venía para la
Pascua. Salieron a su encuentro con ramos y
palmas, gritando: ¡Hosannas! ¡Bendito el que
viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey
de Israel!.
Jesús tomó un asno y lo monto. Así se cumplió la
Escritura: “No tengas temor, ciudad de Sión,
mira que viene tu Rey montado en un asno”.
Los discípulos no se dieron cuenta de esto al
momento. Pero, cuando Jesús fue glorificado
comprendieron que dicha Escritura se refería a
él y que anunciaba precisamente lo que habían
hecho por él.
El pueblo que acompañaba a Jesús contaba lo que
habían visto: Como él había llamado a Lázaro del
sepulcro y lo había resucitado de la muerte. A
causa de este milagro salió tanta gente a su
encuentro.
En cuanto a los fariseos, se dijeron entre ellos:
¿no ven que no sacamos nada? Miren que todos lo
siguen.
Juan. 12, 12-19.
Cada acontecimiento de la vida de Cristo Jesús
representa alguna fase de iniciación en los
misterios cristianos. La entrada triunfal
representa los gozos, así como el calvario
representa los sufrimientos. Para las masas que
presenciaban la procesión del domingo de ramos,
ésta no era sino la atribución de honores al
gran maestro que, durante los tres últimos años,
había realizado tales milagros entre ellos, que
había hecho ver a los ciegos, andar a los
tullidos y sanar a los enfermos.
Para los cristianos esotéricos, su significado
era más profundo. Era una manifestación externa
del santo gozo que experimentará toda la
humanidad cuando haya alcanzado la Conciencia
Crística, hecha posible, con el nuevo
procedimiento de iniciación de los misterios
cristianos.
Los hosannas de las multitudes que bordeaban el
camino, a lo largo del cual pasó el Maestro
durante su entrada triunfal, no eran sino el eco
de los coros angélicos que saludaron el
nacimiento de Jesús. Entonces habían cantado:
“Paz en la tierra y a los hombres de buena
voluntad”; el día de su entrada en Jerusalén
para los acontecimientos finales de su
ministerio terrenal, cantaban: “Bendito sea el
Rey que vino en nombre del Señor; paz en los
cielos y gloria en los mas alto”. Por tanto,
anunciaban el amanecer de la nueva dispensación,
bajo la cual, cada hombre está destinado a
convertirse en rey de su propio reino espiritual
y a caminar en el nombre del Señor o en la ley
del amor, la luz y la verdad.
El escenario de la entrada triunfal fue
Jerusalén, (significa allí donde habrá paz), que
representa el corazón o centro del amor en el
cuerpo físico, el primero en el que comienza a
vivir el espíritu de Cristo.
El asno sobre el que Cristo marchaba, simboliza
a la antigua sabiduría y también es el símbolo
vivo del servicio, de ese servicio que prestamos,
porque es nuestro deber prestarlo, no vincula a
los demás, no les obliga a devolvérnoslo.
Las palmas esparcidas sobre el camino
representan consecuciones victoriosas. En
botánica oculta vemos que son muchas las plantas
regidas por el Sol. Todas las hierbas
purificadoras son plantas crísticas, solares, en
las cuales la fuerza redentora se encuentra más
o menos interiorizada y pasa a exteriorizarse
cuando se la somete a la acción conjunta del
fuego y del agua, mediante la ebullición. La
palmera se encuentra en el último escalón de ese
proceso purificador.
Por tanto, Cristo significó, mediante su entrada
triunfal, algo que apuntaba a la gloria de la
nueva edad, cuando las verdades de los misterios
cristianos se hayan convertido en la religión
universal de la humanidad.
El maestro había enviado a dos de sus discípulos,
Pedro y Juan, a preparar su entrada, diciéndoles
que “fuesen al pueblo frente a ellos”, donde
encontrarían un asno; que se lo trajeran y,
sobre el, Cristo iría a la ciudad.
El pueblo de enfrente es el sendero, que siempre
se extiende ante el aspirante y el asno, símbolo
de la sabiduría, que nunca había sido montado,
es el recién liberado impulso espiritual, que
dio nacimiento a los Misterios Cristianos. El
hecho de que esos discípulos supieran el camino
del pueblo y trajesen enseguida al asno,
significa que ellos habían sido ya iniciados en
el Sendero Cristiano de la Iluminación
Espiritual.
La entrada triunfal, nos señala el fin del
ministerio de Jesús el Cristo, ministerio que
nos da como enseñanza la Ley del Amor; Amor
Universal, para iniciar la apertura a los
misterios cristianos o a las cuatro iniciaciones
mayores, así nombradas por la Filosofía Rosacruz.
Como hemos visto, Lázaro fue el primer iniciado
de los misterios que trajo el Cristo. Dicen
otros ocultistas que si la humanidad en ese
momento hubiera alcanzado el nivel de conciencia
de Lázaro, el Cristo no hubiera tenido necesidad
del sacrificio en el Gólgota. Retrocediendo un
poco hasta el Getsemaní, en donde Jesús tuvo la
visión de cuantos iban a realmente a comprender
el sacrificio que iba a hacer, fue cuando sintió
el peso de todo el dolor, sufrimiento y
atrocidades que se harían en su nombre.
Hoy, dos mil años después, una pequeña parte de
la humanidad recién está vislumbrando lo que
realmente vino a enseñar el Cristo, la
materialidad aún conquista las mentes y
corazones de la mayoría de los hombres, pero el
espíritu siempre busca la fuente de la verdadera
vida. Cuantos Lázaros hubieron en la humanidad,
queremos realmente ser como Lázaro?, capaces de
comprometernos con las enseñanzas del Cristo,
que no son solo un modo de actuar o de observar
determinados ritos en diferentes épocas del año;
ser Lázaro implica vivir la vida consustanciado
con las enseñanzas del Cristo.
Tres Palabras
De Fortaleza
Hay tres lecciones que yo trazara con pluma
ardiente que hondo quemara, dejando un rastro de
luz bendita doquiera un pecho mortal palpita.
TEN ESPERANZA. Si hay nubarrones, si hay
desengaños y no ilusiones, descoge el ceño, su
sombra es vana, que a toda noche sigue una
mañana.
TEN FE. Doquiera tu barca empujen brisas que
braman u ondas que rugen, Dios (no lo olvides)
gobierna el cielo, tierra, brisas y barquichuelo.
TE AMOR, y ama no a un ser tan sólo, que hermano
somos de polo a polo, y en bien de todos tu amor
prodiga, como el sol vierte su lumbre amiga.
¡Crece, Ama, Espera¡ Graba en seno las tres, y
aguarda firme y sereno fuerzas, donde otros tal
vez naufraguen, luz, cuando muchos a oscuras
vaguen.
(Friedrich Schillers).
Por ello Frateres y Sórores esforcémonos por
entronizar en nuestras vidas las enseñanzas del
Cristo, y poder así comprender la esencia de los
misterios cristianos en esta semana santa que se
inicia con este día.
“QUE LAS ROSAS FLOREZCAN SOBRE VUESTRA CRUZ”
FIAT LUX
PARA VUESTRA MEDITACIÓN Y REFLEXIÓN
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO.
A MIS PADRES Y HERMANOS QUE ESTÁN EN LOS CIELOS
Y EN LA TIERRA.
POR UNA ALIANZA FORTALECIDA EN LA CONSERVACIÓN
A LO QUE NUESTRO PADRE DE LOS MUNDOS NOS HA DADO
COMO HERENCIA
AYUDANDO A CONSERVAR LA VIDA FORTALECIDA EN LA
FE SUPREMA.

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