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Estos valores
perfeccionan al hombre en un nivel superior,
en un plano que está más allá de los moldes
naturales de lo humano. Aquí se deja la
puerta abierta a lo sobrenatural, a todo lo
que provenga de Dios.
El estudio de estos valores corresponde a la
Teología (ciencia que estudia lo relacionado
con Dios).
Algunos ejemplos de valores espirituales
serían la gracia, la santidad, la caridad,
la fe y la esperanza.
La gracia:
La palabra "gracia" tiene muchos
significados. Puede significar "encanto",
cuando decimos, "ella se movía con mucha
gracia", puede significar benevolencia
cuando decimos: "es una gracia que espero
alcanzar de usted".
En la ciencia teológica por gracia se
entiende un favor o iniciativa gratuita que
Dios hace al hombre para invitarlo a
participar en su intimidad.
La libre iniciativa de Dios requiere de la
respuesta libre del hombre, para recibir y
acoger la gracia. Requiere pues, de la
voluntad humana para recibirla.
El poder hablar, ver las cualidades que
poseemos, como saber cantar o dibujar, son
dones que hemos recibido gratuitamente.
Estos son dones naturales, pues tienen que
ver con nuestra naturaleza humana.
Desde el punto de vista de la teología las
gracias son aquellos dones que recibe
gratuitamente el hombre, pero que son dones
que van más allá de la naturaleza humana.
La gracia, de acuerdo a la teología
cristiana, es una ayuda sobrenatural por
medio de la cual Dios ilumina el espíritu y
capacita a la voluntad para ejecutar los
actos de acuerdo a la voluntad divina.
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La santidad:
La santidad desde el punto de vista
de la teología católica, se refiere al estado del alma
en la cual ésta se encuentra en amistad y en profunda
intimidad y comunicación con Dios. A la persona que
alcanza este estado del alma se le llama santo.
Según la teología, santo es aquella persona que ha sido
canonizada (o elevada a nivel de santo) por haber dado
muestras de la vivencia de las virtudes cristianas, a
saber, la fe, la esperanza, la caridad, la justicia, la
prudencia y la fortaleza, de una manera heróica y que
además ha realizado milagros.
La canonización se refiere a un acto solemne por medio
del cual el Papa decreta que esa persona difunta ha sido
admitida entre la lista de los santos y por lo tanto
puede fungir de ejemplo a seguir para los católicos.
La devoción a los santos es una parte complementaria
dentro de la fe católica, es decir, el católico puede o
no ser devoto a los santos y sin embargo sigue siendo
tan católico como otro que sí tenga devoción hacia los
santos.
El proceso de canonización es largo y es llevado con
sumo cuidado, la primera etapa dentro de este proceso se
llama Beatificación. Beato es aquella persona que tras
ser investigada por el obispo de la zona donde vivía,
por testimonio de testigos a favor y en contra y por
pruebas comprobadas, es aceptada en Roma, tras una
segunda investigación profunda como una persona digna de
ser imitada por su vivencia de las virtudes cristianas.
Posteriormente tras otra investigación y tras la
comprobación de los milagros que realizó el Beato, se le
eleva al nivel de santo.
La caridad:
Muchas veces este término se confunde con el de lástima,
por ejemplo cuando decimos, "atiéndelo, por caridad".
Escuchamos también sobre personas con una posición
privilegiada, ya sea económica, de poder, de
reconocimiento, que ayuda a gente desprotegida o con
necesidades concretas y decimos de ellas "es un gran
altruista".
Hoy en día se escucha también sobre diversas obras de
caridad que se llevan a cabo para beneficiar en alguna
necesidad concreta a un grupo de personas desprotegidas
o en desgracia, generalmente quienes participan en este
tipo de obras son personas que trabajan de modo
voluntario, es decir, sin recibir remuneración alguna.
Existe una diferencia de fondo entre una persona
altruista y una persona caritativa. Aunque ambas dan
algún tipo de ayuda a otros, la persona altruista se
mueve en un plano humano, ayudan a personas en desgracia
o menos aventajadas debido a que poseen de alguna manera
una posición privilegiada frente a otros, sin embargo,
en muchas ocasiones, estos actos altruistas van
acompañados de una búsqueda de fama, renombre y
prestigio, además de la ayuda al prójimo.
Por otro lado, cuando hablamos de caridad, nos referimos
a la misma acción de ayuda al prójimo, pero motivado
únicamente por ayudar, por darse a los demás y no por un
renombre o prestigio. Inclusive con este tipo de
acciones se busca ayudar desde el anonimato, el interés
es exclusivamente ayudar a otros por amor.
La caridad es un valor intrínseco de la persona con un
alto valor moral, busca amar al prójimo, no sólo a la
familia, a gente conocida o a parientes, sino a todo ser
humano, incluso a aquél que nos ha dañado en algún
momento, que nos ha hecho alguna injusticia o ha
manchado nuestro nombre. Amar a los enemigos es un rasgo
único de la persona que posee la caridad.
La fe:
En la terminología religiosa la fe
es el asentimiento firme de la voluntad de una verdad
basada sola y únicamente en la revelación divina.
La fe es un valor que el hombre por sí mismo no puede
alcanzar, es un don de Dios, por esto decimos que los
valores morales se mueven en un ámbito que va más allá
de lo meramente humano, trasciende el orden natural y se
eleva al orden de lo sobrenatural.
Por medio del don de la fe la persona puede adentrarse
en un conocimiento y en una experiencia (relación
personal) con Dios. El hombre por sí mismo, cuando mucho
podría afirmar que Dios existe y dar algunas
características sobre Él, pero al recibir la fe, ésta
transforma su existencia dando otro sentido a su vida,
se ve la vida misma, los momentos cotidianos de la vida
de otra manera, se le da un sentido trascendental a la
existencia misma. Es decir ya no se busca satisfacer la
voluntad de uno mismo sino la voluntad de Dios.
La fe va más allá del mero sentimiento o emoción de la
presencia de Dios, no se acepta de modo irracional, sino
que se busca su significado interno y coherente, es por
esto que la fe requiere de la inteligencia y de la
voluntad de la persona.
La esperanza:
Es el valor moral que corresponde
al anhelo de felicidad que se encuentra en el interior
de cada hombre.
La esperanza cristiana, tiene su origen y fundamento en
la esperanza de Abraham e Isaac, quienes esperaban el
cumplimiento de las promesas de Dios. De acuerdo a la
tradición judeocristiana, Él siempre se mantuvo fiel,
aunque el pueblo se dejara llevar por la desconfianza y
llegara a adorar a otros dioses, pero Dios seguía
conservando su fidelidad y su amor hacia ese pueblo
elegido, según lo cuenta el Antiguo Testamento. Este es
el fundamento de la esperanza; Dios siempre se mantiene
fiel en su amor hacia cada hombre.
Sin esta esperanza el hombre se siente abatido,
encerrado y desesperado sin ser capaz de resolver los
enigmas de la vida y la muerte, del sufrimiento, del
dolor, de la injusticia. Sin ella, el hombre cree que
está solo ante las dificultades, que no cuenta con la
ayuda de Dios.
A MIS PADRES Y HERMANOS QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN
LA TIERRA.
POR UNA HUMANIDAD EN QUE BROTEN NUESTRAS SEMILLAS
FÉRTILES
POR EL FLORECIMIENTO DE LA SANTA LUZ INEFABLE EN TODOS
LOS CORAZONES DE LOS SERES HUMANOS.
FIAT LUX
AMONRA CHILE
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
Por la vida, Por el amor y por la humanidad de Nuestro
hogar, nuestro Planeta Tierra. Santiago de Chile, 2013

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