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Durante
el pasado antiguo, el conocimiento del rayo violeta se
reservaba para los grandes adelantados; ahora es un
regalo que se nos ha hecho para ayudar a la Tierra y a
nosotros con ella a avanzar un paso más dentro de su
evolución.
La luz de la llama violeta es esencia de luz espiritual.
La utilizamos para liberarnos de viejos pensamientos,
para transmutar situaciones negativas que se nos vienen
repitiendo a lo largo de nuestras vidas. La llama
violeta proviene de la séptima esfera o rayo de
sabiduría, que en los planos superiores nos acerca a
nuestro origen divino.
Hay siete esferas o rayos principales, aunque nos vamos
a ocupar solamente del séptimo, ya que su energía es la
que más vamos a utilizar, pues en los últimos tiempos se
hace necesario el uso de todas las herramientas que se
nos han dado para llevar a cabo un trabajo de
transmutación profunda en la raza humana, y las
principales cualidades del rayo violeta son la
Transmutación, el Perdón, la Misericordia, y la Paz pues
todos los demás rayos aportan Paz.
En un momento en que los grandes cambios en la Tierra se
hacen evidentes, también se hacen necesarios cambios en
la mente humana, en nuestra capacidad para afrontar
problemas cotidianos, que utilizamos limitadamente...
Queremos que otros nos solucionen el problema, que se
nos dé información sobre lo que nos está pasando, pero
luego nos cuesta mucho ponernos en movimiento nosotros
mismos, y empezar a cambiar aquello con lo que no nos
sentimos a gusto, nuestro karma, o las consecuencias de
pensamientos y acciones pasados que nos rebotan sin
cesar, pues los pensamientos, son energía, son
conciencia, y quieren ser transmutados, ya que forman
parte de nosotros y nuestra verdadera naturaleza es
funcionar como una Unidad, de Pensamiento, Sentimiento y
Acción.
No somos realmente libres hasta que transmutamos nuestro
karma negativo. Podemos usar la llama violeta para que
nos ayude a hacer esto.
El karma es simplemente el resultado de cómo usamos la
energía divina que fluye a través nuestro momento a
momento. Tenemos la opción de usarla positiva o
negativamente.
Sin duda habremos hecho mucho bien a lo largo de
nuestras vidas acumulando muy buen karma. Sin duda
también hemos cometido muchos errores. Es parte de
nuestra vida en la Tierra.
Cuando la energía espiritual fluye libremente por
nuestros cuerpos, experimentamos buena salud.
Éste es el principio básico del Tai Chi, del Reiki o de
la Medicina China.
Los problemas con nuestra salud, nuestra mente o
nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás,
a menudo surgen
porque nuestra energía espiritual está bloqueada.
Ésta densificación de la energía es el resultado de
pensamientos, sentimientos y acciones negativas, en
otras palabras, mal karma.
A veces tras buscar curas tradicionales y alternativas
nos hemos encontrado con que aún se repiten en nosotros
patrones antiguos de comportamiento y que ya no nos
sirven y solo nos llevan una y otra vez a desequilibrios
no deseados.
Esto se puede deber a que no hemos erradicado
la causa original a nivel energético.
Neurobiólogos han demostrado que guardamos en nuestras
células la memoria de cada incidente que hemos
experimentado, desde la más tierna infancia hasta la
última discusión que hayamos tenido.
La belleza de la llama violeta es que ésta tiene el
poder de transmutar la energía negativa que es
responsable de la manifestación de la enfermedad y de
otros desequilibrios físicos, mentales o espirituales.
Ésta es la única forma en la que puede tener lugar la
curación y transformación verdadera.
Si pudiéramos imaginar el karma negativo llenando los
espacios entre los electrones de nuestro cuerpo, lo
podríamos sentir como una melaza pegajosa. Como la llama
violeta puede fácilmente penetrar la materia, es el
remedio perfecto para limpiar el karma acumulado a nivel
celular.
También existe el karma que afecta a grupos de personas,
familias, pueblos, naciones. Continentes etc....
Éste se manifiesta a menudo en odio, prejuicios y
guerras de poder.
La llama violeta puede ayudar a transmutar el karma
que de otra manera podría derivar en guerras u otras
formas de violencia.
Ésta es la razón por la cual también se utiliza la llama
violeta para ayudar a transmutar condiciones mundiales.
Todos hemos experimentado el sentimiento liberador que
llega cuando perdonamos a otros o nos perdonan a
nosotros.
El Perdón es un aspecto de la llama violeta que puede
disolver durezas y cristalizaciones del corazón,
enfrentamientos y sentimientos de culpabilidad.
El Perdón abre nuestro corazón al Amor,
y es una de las fuerzas más grandes del Universo.
Se puede usar la llama violeta para sanar recuerdos
dolorosos y ayudar a resolver problemas relacionales.
Las personas que usan la llama violeta para transmutar
problemas relacionales a menudo sienten cómo se liberan
de tremendas cargas emocionales y se sienten libres para
continuar adelante con sus vidas.
COMO DEBEMOS UTILIZAR LA LLAMA VIOLETA
La puede usar cualquiera en cualquier momento,
simplemente visualizándonos a nosotros mismos o a la
situación que deseemos transmutar, envueltos en una gran
llama de color violeta brillante, no opaco, permitiendo
que ésta actúe a través de nuestros electrones o de la
materia que se desee.
Podemos ayudarnos con decretos, que al afirmar desde
nuestra Presencia o Yo Superior, se cumplen y se
manifiestan en nuestros cuerpos inferiores, ya que la
energía de baja vibración siempre obedece a la de alta
vibración.
Podemos programar la llama violeta para 24 horas o el
tiempo que deseemos, pero sin olvidar que cada día una
parte de nuestro karma o lecciones de vida aparece en
nuestras vidas para ser transmutado.
Cuanto más nos familiaricemos con la visualización de la
llama, más podremos sentir las cualidades de ésta
maravillosa energía; su fluidez y ligereza, y el frescor
que nos comunica que la transmutación se está
produciendo.
La Llama Violeta la podemos utilizar a través de varias
actividades:
La afirmación: al invocarla.
El sentimiento: sentir el poder de la Llama Violeta.
El pensamiento: pensar en el Fuego Transmutador Violeta.
Para pensar en la Llama Violeta
se puede utilizar, la imaginación o la visualización.
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