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“YO SOY el manto electrónico de protección con que
la divina presencia me cubre.
Cierro mi manto blanco de luz incandescente que me hace
invisible e invencible para toda cosa negativa que venga
en contra de mi.”

El secreto para que se cumplan los decretos y las
oraciones es hacerlas con verdadera conciencia y con FE.
Para que den resultado de igual manera siempre hay que
pedir por nosotros y por todos los que nos rodean.
¿Por qué?
Al hacer un decreto o una oración estamos invocando al
plan divino, el cual nos manda la energía y luz que
necesitamos.
La energía se debe compartir porque no es solo de uno
sino de todos, al compartirla el decreto u oración se
cumple porque estamos dando algo de nosotros a los
demás.
Las leyes metafísicas son muy explicitas en esto:
Ley de correspondencia y Ley de causa y efecto.
Cada vez que pedimos y nos es dado,
debemos ser concientes de que tendremos
que corresponder en justa medida,
nunca hay que pedir más de lo que necesitas
porque al final no lo podrás devolver.
Vez porque debemos compartir.

Es importante también que realicemos nuestro decreto u
oración acompañados de luz, como una vela o veladora.
Al momento de hacer la oración consagramos la luz de la
vela para nuestros fines.
ESTO NO ES JUEGO.
El uso de las velas y veladoras es tan inocente como
poderoso, por esta razón se han empleado y todavía se
emplean no pocos rituales sociales y religiosos.
El ser humano siempre ha reconocido en el fuego una
manifestación divina, no en vano este elemento es una
puerta que siempre abre el sendero a la iluminación.
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